946. He hablado a los espíritus de que tal vez pocos creerían que tales o cuales cosas existen en la otra vida, porque el hombre no tiene otro concepto de su vida después de la muerte que como algo muy general y oscuro, que no es nada, en lo cual les ha confirmado el hecho de que no ven con sus ojos un alma o un espíritu; y los doctos, aunque afirman que hay alma o espíritu, siguen aferrándose a palabras y términos forjados que oscurecen aún más, e incluso extinguen, la comprensión de las cosas; y porque se dedican a sí mismos y al mundo, y rara vez al bien general y al cielo. Estos creen aún menos que los hombres sensuales. Los espíritus con quienes hablé se asombraron de que el hombre sea así, cuando sabe que en la naturaleza misma y en cada uno de sus reinos hay tantas maravillas y cosas diversas que ignora, como, por ejemplo, las cosas del oído humano, de las cuales se podría llenar un libro entero con cosas espantosas e inauditas, en las cuales todos tienen fe. Sin embargo, si se dice algo acerca del mundo espiritual, por el cual existen todas y cada una de las cosas que existen en los reinos de la naturaleza, casi nadie cree, debido a las opiniones preconcebidas y confirmadas, como se ha dicho, de que lo que no se puede ver no es nada.


